Mis poemas

¡Hola mis queridos amigos!

Hoy es un maravilloso viernes, soleado para algunos, nublado para otros, frío, nevado… Viernes de fiesta, de reunirse con los amigos y distraerse o de relajarse entre familia, paz y tranquilidad. En todo caso, dejamos a un lado las tareas de la semana y tenemos unos minutos para disfrutar, valorar y agradecer, porque somos gente con principios, que luchamos, que creemos, que con trabajo, constancia, honestidad y buenas acciones, construimos presente y futuro para nosotros y para la sociedad en que vivimos.

Lejanos quedan aquellos años en que esperaba la noche del viernes para cantar y bailar, inspirada por la película: “Thanks God is Friday”… ¡Hum, qué tiempos aquellos, qué bien lo hacía! … ... ... ... ... ¡Donna Summer! :)

Y es que, la vida es un constante cambio, no vamos a entrar, hoy, en si ella nos cambia o nosotros la cambiamos, pero en medio de la tranquilidad, que ahora valoro intensamente, quiero invitarles a pasar un ratito en Patanemo, acompañados de la relajante melodía que encontrarán al pinchar en este enlace:

https://docs.google.com/file/d/0Bx0MVh3-GrE-UU9wb24zSFM4akE/edit?usp=sharing

Se llama “Patanemo Bay” y es uno de los bellos temas que compone Germán Fafián. German es un artista que nos regala su tiempo, imaginación y espíritu, porque crea por  placer; y su musa, en este caso, es la bahía de Patanemo, un lindo lugar que pertenece a la hermosa y variada costa de Venezuela.

Estamos anclados entre suaves montañas de fauna y vegetación tropical, donde prima el verde vida, esperanza, primavera… Arenas blancas y suaves acarician la desnudez de nuestros pies al caminar… Las palmas se mecen alegres y nos dan la bienvenida al contacto con la brisa fresca; y el hermoso atardecer va dando paso a la impresionante luna creciente, ya casi llena, que confunde sus reflejos con los rayos del sol, y lo anima a que se retire lentamente... complacido por el bello día que nos ha regalado. 

Aún juntos, sol y luna, abrillantan el color de las aguas, rebeldes, resistentes a la  presencia de las penumbras... Disfrutamos del paisaje y esperamos a que la bella luna, solitaria, cercana, se apodere del cielo radiante y lleno de estrellas, dispuesta a hacer de nuestro paseo un momento mágico, inolvidable… Mientras, la melodía se expande a la inmensidad para dar ritmo a las sombras que ofrecen descanso a los pajarillos…

Las olas pacíficas nos sonríen y salpican con su espuma gentil, y nos invitan a tomar un tibio baño… Cada uno de nosotros escoge su opción, podemos caminar por la orilla, recostarnos en la hamaca y mecernos entre los grisáceos y elegantes troncos de los cocoteros...  tumbarnos sobre la arena…

Aquí, en este lugar precioso, pacífico, lleno de recuerdos y naturaleza, de amor y sueños, arropados por la luz de la luna, quiero entregarles mi poemario: “Susurrantes pétalos del corazón”.

Tal y como su nombre lo indica, los poemas que contiene son susurros que han sido escritos con el corazón. Mi deseo es que lleguen al de ustedes con la suavidad, el perfume, la fragilidad y el grato recuerdo que dejan los pétalos.

Ojalá se animen y puedan descargarlo, porque, aunque ya conocen una pequeña parte de los poemas que contiene, cinco, con el de hoy, en total hay setenta y siete, de manera que hallarán muchos más.

Algunos son hermosos y nos invitan a soñar, a buscar, apreciar y valorar lo bello que nos rodea; porque, aunque a veces nos sentimos desbordados y ahogados por las circunstancias, generalmente, encontramos un comodín que asir, no importa su forma, su textura o su color, está ahí, muy cerca, en silencio, esperando a que le dediquemos nuestra atención.

Los hay duros, que manifiestan sentimientos, vivencias, situaciones, luchas, intentos, fracasos… y aun así, no abandonan la esperanza.

Algunos tienen musa definida, otros atesoran un compendio de númenes, de motivos y razones… En algunos expreso mi sentir, mi vivir, mi firma. En otros he intentado ponerme en el lugar de quienes pasan por circunstancias que son universales, ustedes dirán si lo he logrado.

En todos está impreso mi mensaje, mi esencia, mi cariño. En todos hay respeto, amor, naturaleza, vivencias. Un poco de mí, un poco de ustedes…

Estoy segura que podrán identificarse y encontrar parte de lo que sienten, de lo que viven… en varios o en muchos de los versos que he plasmado en “Susurrantes pétalos del corazón”, por eso les dejo el enlace donde pueden descargarlo: 

http://www.amazon.es/Susurrantes-p%C3%A9talos-del-coraz%C3%B3n-ebook/dp/B00BCJY9E6/ref=pd_rhf_pe_p_t_1_0H8N

Me gustaría que, si lo leen, me dejen saber su opinión, su sentir, sus críticas…

Quiero además darles las gracias por estar ahí, por acompañarme en esta aventura, por seguir el blog y por comentar... 

Por remar apasionado, porque solo así podemos vivir y experimentar profundamente la magia, la desazón, el orgullo, la ilusión… y todos los sentimientos intensos que nos conducen al aprendizaje y al crecimiento.  

Continuaré compartiendo parte de mi trabajo con ustedes, de manera que ahora, como estamos en la hermosa bahía de Patanemo, y es un viernes maravilloso y romántico, tomamos nuestro kayak y nos aventuramos mientras recitamos:

Remero apasionado 

Eres el rumor del viento que me lleva al enajenamiento.

Te respiro en la lluvia estival y en el dorado amanecer…

En el perfume de la mañana y en el brillante atardecer.

Te encuentro en la distancia cercana, en la espera anhelante,

en el sol que sobre el agua se vuelve susurrante.

Rutilante emerges entre las estrellas que cada noche intento contar,

mis temores disipas cuando el océano en sus arcanos me invita a zarpar...

Eres hontanar que solo con el alma sabe amar.

Venero del mundo acogedor, sin ti no hallaría en la ventura sabor.

 

Criatura de ensueño, que no me falte jamás tu sentir risueño.

Tu noche de luna… tu soleado día, tu presencia y tu armonía.

En la selva eres frágil pajarillo que del fruto del moriche se alimenta,

y de rama en rama canta y al águila contenta.

Del kayak enamorado eres remero apasionado,

y juntos forjamos aventuras que al mundo no hemos contado.

Ante la magia de tu abrazo no pienso,

disfruto su contenido como el del poema más denso.

No requerimos tiempo o razón, imperecedera es nuestra unión.

Cuando escribir necesito coloco la dirección de tu alma,

el único lugar donde mi tempestad se vuelve calma.

Eres el gran triunfo, el gran desafío, conjugas el mar y el río.

Eres belleza, inexistente soledad, mi oráculo, mi verdad.

MQA