miércoles, 25 de octubre de 2017

Para siempre...

La partida que, más o menos, tarde o temprano, nos preocupa.

No sé si has pensado alguna vez, dónde y cómo te gustaría morir, aunque imagino que sí. Hoy vino a mi memoria un artículo que publicó en su blog mi amigo J. Alfredo Díaz García, en el 2013, y lo inicia con la pregunta: ¿En dónde te gustaría morir y cómo?

Os preguntaréis por qué lo recordé, pues porque, lamentablemente, la muerte ha estado más cerca de lo que me hubiera gustado, porque es algo que sucede a diario y evitamos pensar en ello por la magnitud de lo que significa, o de lo que creemos que significa, aunque, como muy bien dice él:

«Se trata de algo ineludible. La Muerte es el predador que está a la cabeza de la cadena, y jamás pierde una sola presa. El porcentaje de éxito de ‘Ezráil(1) es del 100%.» Ezráil es, tal y como describe al final de su artículo, el nombre árabe para el ángel de la muerte.

Creo que ganaría si apostara a que la mayoría pedimos morir rápido, sin sufrir. Sería un shock para los nuestros, pero lo mejor para nosotros y, superado el primer impacto, también para ellos. ¿Por qué?, porque nos aman y les resultaría muy duro vernos sufriendo, porque a nosotros nos dolería coartar sus vidas, convertirnos en una carga, y si pudiéramos evitarlo lo haríamos gustosos.

Mi cómo y mi dónde, me gustaría que fuera viendo algo que suelo hacer de vez en cuando: contemplando un radiante atardecer, en la playa, palpando a plenitud la magia de la paz, aun a sabiendas de que el deber nunca se cumple del todo, pero, por fortuna, nuestros errores, equivocaciones y deficiencias, son superadas por el amor: el que damos, el que nuestros seres más queridos y cercanos sienten por nosotros.

Quisiera poder hacerlo con la certeza de que el dolor de los míos se mitigará pronto, porque aceptan el curso de la vida, y porque saben que nada me gustaría más que verles seguir adelante, felices. 

No es sencillo, la experiencia nos dice que solo el tiempo devuelve la sonrisa, por eso creo que es importante que sepan que no he necesitado nada más que lo que me han dado. Que su dicha y su dolor son mi sentir, y que el que hayamos recorrido el sendero juntos es lo mejor que me ha podido suceder.

Es cierto que no siempre acariciamos la suavidad y la belleza de los pétalos, porque nuestro rosal no es transgénico, así que tiene espinas, como la mayoría; pero su esencia es la que conozco, la que me da vida, la que me alimenta, la que, al fundirse con el olor a sal de mi atardecer, hará que el vuelo de mi alma alcance el elixir de la eternidad.

Quisiera que los colores del ocaso me abrazaran con su luz, su tibieza y su inmensidad. Que la partida fuera serena, al son del saxofón de Kenny G interpretando para mí: “Forever in love”.

¿Qué bonito es soñar, verdad?, hasta con la muerte podemos hacerlo, pero… ¿Qué es la muerte?
Es el paso a un desconocido más allá, la transición a una nueva vida, un todo se ha terminado, el final de la alegría y el sufrimiento… Es el umbral hacia la vida eterna…

No quiero debatir sobre filosofías ni religiones, porque no son mi fuerte, y tal vez nuestra eternidad dure tanto como el tiempo que permanezcamos en la memoria de nuestros seres queridos, o quizás no. 

Quizás tantas miserias y padecimientos que vemos y causamos a nuestro paso por la tierra, sean porque estamos en lo que solemos llamar el purgatorio.

Tal vez, aquí hemos venido a expiar nuestras culpas, nuestros errores, y seguimos haciéndolo porque somos imperfectos y hay momentos en los que ganan los instintos negativos. 

A veces podemos construir más, pero no nos ponemos a ello, otras nos desborda lo mucho que hacemos y sentimos que es hora de hacer un paréntesis, y así vamos. Recorriendo el camino entre tropiezos y aciertos, a ratos ganándonos el derecho a transitar esa temida pero atractiva “High way to hell”, Autopista al infierno, de ACDC, y otros, a subir la tentadora y anhelada “Stairway to heaven”, Escalera al cielo, de Led Zeppelin.

Entender, perdonar y aceptar. Entendernos, perdonarnos y aceptarnos son necesidades imperiosas para vivir, y para que a la hora de partir estemos en paz con nosotros y con los demás. Para que podamos irnos con la mayor serenidad, a encontrarnos con los amores que ya se fueron antes.

Creer que lo haremos es nuestra ilusión y derecho. Hacerlo el misterio que solo después se desvelará...

Sucederá en otro planeta de este increíble y desconocido universo… En otra vida aquí, en esta tierra maravillosa en la que hallamos el paraíso y el purgatorio, y que a veces se transforma incluso en infierno… No sé, en algún lugar, pero los queremos encontrar. 

Tal vez sin reconocernos, pero amándonos como lo hemos hecho aquí, o reconociéndonos... Eso es lo que más nos gustaría.

Los imperfectos de hoy, los inseguros, los que nada sabemos más que amar, reír, llorar, padecer, crecer, soñar… diremos adiós a los nuestros, temporal o eternamente, ¿por qué no decirles antes que no tienen nada por qué sufrir, más que por el dolor que nuestra ausencia les cause?

Digámosles que hemos sido felices gracias a que estuvieron en nuestras vidas, a que nos amaron. Hagámosles saber que son seres humanos maravillosos, con defectos y virtudes. Que sabemos que nos han amado, que han hecho lo posible para lograr nuestras sonrisas, aunque a veces nos hayan causado llanto.

También les hemos disgustado o hecho llorar alguna vez, porque no somos mejores ni peores, simplemente somos y nos equivocamos. 

Lo importante es que intentemos siempre recorrer el camino lo mejor posible, haciendo lo que buenamente sabemos; cuidar, querer, valorar, y también hacerles entender que llega el momento en que necesitamos ese abrazo que nos brinde la luz y la paz que nos acompañen en la partida.

Una partida que quizás sea muy distinta a la imaginada. Tal vez la mía sea dolorosa y solitaria, en medio de la noche. Yo y yo, solas las dos. Si eso sucede intentaré tener presente lo que decía mi mamá: «Hay que llevarse bien con uno mismo, porque nacemos solos y morimos solos»... Ojalá mantenga al menos los bellos recuerdos. 
  
Hoy quiero despedirme con un poema que hice hace años, escuchando a mi principito, el ser más pequeñito de mi familia. Ahora me espera más allá de ese atardecer que me gustaría contemplar con la serenidad y la dicha que su cercanía me daba…, y que su presencia por todo lo vivido y compartido me sigue dando.

Amor incondicional

No soy filósofo ni siquiera orador,
soy tu perrito y te doy todo mi amor.

Entusiasmado y alegre te manifiesto,
lo importante que me siento ante un simple gesto.

Contigo a mi lado estoy feliz y contento,
cuando te vas me invaden la tristeza y el aburrimiento.

Como puedo te hablo, aunque a veces no me entiendas,
y con actitud retozona busco que me atiendas.

Vida y felicidad hallo al entregarme sin medida ni condición,
amarte es la razón que estimula el latir de mi corazón.
Nada es más importante que tu compañía…
Mis orejitas se muestran atentas ante tu pena o tu alegría.

Eres magia que desborda mi orgullo y mi dicha,
con tu enfado me hundo en la desdicha.
Eres lo único que tengo en el mundo,
si me abandonas… quedaré perdido, moriré vagabundo.

Un universo de interesantes aventuras creas para ti,
mi gran fortuna es que en él me incluyes a mí.

Dueño de mi destino, amo de mi abnegación,
pasear contigo es del existir la divinización.

Juntos somos armonía y derroche,
felices en el día, seguros en la noche.
Eres el mejor médico cuando me aquejan los males,
con una mirada y una caricia… dejan de ser mortales.

No habrá jamás quien te pueda sustituir,
ni presencia alguna que haga más feliz mi vivir.


Para todos los que nos esperan en el Cielo.







viernes, 6 de octubre de 2017

Cataluña amiga.

Hola amigos!!!

Hoy quiero dejar mi mensaje a la gente de esa Cataluña amiga que tanto nos gusta a la gran mayoría. 

En medio de las contradicciones que hoy se viven en esta preciosa región, quiero ponerme un instante en la situación de los ciudadanos que tan solo queréis trabajar, disfrutar de vuestro día a día, caminar libremente  por las calles, y educar a vuestros hijos en la paz y en el amor.

Vivir, tan solo eso, vivir, como podíais hacer hasta no hace mucho; sin los hechos recientes, sin las constantes noticias que os inquietan y preocupan. Algo tan importante y a la vez tan simple, como lo que, de momento, hacemos quienes estamos en otras regiones.

Hoy pienso en vosotros e imagino lo difícil que debe ser este momento para los que no os metéis en política. Los que habéis elegido a quienes os deben representar y mantener el orden constitucional, y que, además, cobran por ello, de manera que, únicamente, queréis que os lleven por el camino de la paz y el progreso, nunca por el de  la guerra, ni física ni psicológica.

Queréis un progreso que en este momento está siendo lacerado. Una armonía que, en muchos casos, ha dejado de existir, y en otros es difícil de sostener.

Sé, por experiencia, que ansiáis que cese la locura. Una locura que ha sido creada para sostener los intereses políticos y económicos de algunos, y que, como tienen el poder y quieren mantenerlo a toda costa, destruyen vuestra convivencia, y profundizan la división.  

En todo caso, creo firmemente que esos intereses no lograrán vencer a la gran mayoría pacífica, razonable, trabajadora.

Esa mayoría que en este momento lucháis con fuerza para mantener lo que habéis logrado. Que soportáis ofensas y ataques, y que solo contáis con el apoyo de la Ley que quieren romper, y de los cuidadores de la Ley y el Orden que quieren echar. 

Hoy muchos habéis perdido amigos por cuestiones políticas, tal vez, incluso hayáis dejado de hablar con algún familiar. Otros calláis para evitar problemas, socializáis menos y os autoexcluís, para no caer en discusiones. Para aislaros de lo que os hace daño.

Vuestros niños no entienden qué pasa. No saben por qué estáis preocupados, tal vez más emotivos de la cuenta. No entienden por qué tantas banderas; por qué no pueden verse con sus amiguitos, e incluso, por qué algunos son relegados por la función, los ideales o las profesiones de sus padres. 

Ignoran que están siendo afectados por la falta de hermandad y raciocinio de unos cuantos, que, cual virus infeccioso, se ha expandido a unos muchos, y está condenando a un pueblo progresista, trabajador y honesto, a padecer por la corrupción de pensamiento y acción de parte de sus dirigentes y líderes.

No son más, pero en sus acciones y cacofonía no hay espacio para el respeto o la convivencia pacífica, y excluyen a los que queréis recorrer el camino en armonía.

Hoy os pienso, y os considero, porque sé que lo que estáis viviendo es muy difícil, y me uno, como seguramente lo hace la mayoría de quienes estamos pendientes de vosotros desde lejos, al que, seguramente, es vuestro gran deseo: que todo pase pronto, y regrese la cordura.

Ojalá que en cada amanecer halléis esperanza y vuestro sol brille con intensidad e ilusión, y que la serenidad del otoño traiga la reconciliación. 

Que podáis salir a la calle sin bandera, o con la que os dé la gana, pero sin que nadie os insulte. Deseo que se den las condiciones para que habléis de política, si es lo que queréis, y que lo podáis hacer cuándo, cómo y dónde queráis, sin discutir ni ser agredidos; o que no tengáis necesidad de hacerlo, porque vuestra elección haya sido certera, y aquellos a los que pagáis sean competentes y honestos.

Deseo que vuestros niños puedan ser niños, que jueguen y vivan felices, palpando con el candor de su inocencia la placidez de la armonía, la tranquilidad y el progreso.  Sin adoctrinamientos, sin que los problemas de los adultos afecten su infancia.

Que los adolescentes sean capaces de discernir, de analizar y crear un mundo mejor del que ahora tenemos, porque hayan recibido ejemplo de concordia y trabajo en positivo, sin engaños, sin rencores, sin ningún tipo de corrupción que ocultar ni por la que ser condenados. 


Ojalá que pronto vuelva la paz que hoy os ha sido robada. 

Mis deseos son además universales, porque son muchos los lugares en los que hace falta que creemos consenso, paz. Que actuemos con humanidad. 

Entendimiento y respeto para todos. Que no prime la Ley de los que vociferan y rompen a su antojo.

Besos y hasta la próxima!!! Eso sí, antes cantamos... Os invito a que le hagamos el coro, y escuchemos lo que nos dicen estos cuatro grandes de España!!!





        


martes, 28 de marzo de 2017

La primavera, poema

Hola!!!

Hace tiempo que no entro por aquí, pero hoy quiero dejaros este vídeo con un poema sobre la primavera. Espero que os guste, y con él os deseo que sea maravillosa, que vuestras vidas sean una eterna primavera!!!





Hasta otro ratito... 

martes, 30 de agosto de 2016

Mi bella Venezuela



Hoy escribo nuevamente por ti y para ti, mi bella Venezuela. Lo hago porque eres musa en mi corazón, porque eres motivo para mi amor y también para mi dolor.

La vida me llevó a conocerte un día hermoso. Era el año 1969, y me gusta tanto rememorar aquel mágico momento de nuestro encuentro, que permanece intacto en mí. Casi medio siglo en el que muchas cosas de entonces se han borrado de mi memoria, pero aquellos instantes, mi bella Venezuela, siguen tan vivos como mi presente, y recordarlos me colma con la gran emoción de los mejores momentos de mi recorrido.

Al recibirme compartiste conmigo ese sol brillante y cálido que te caracteriza, y la tibieza de tu alma me impregnó con el candor que dio luz a mi vida, y me atrapó para siempre.






Fue amor a primera vista, no tengo la menor duda, y además correspondido, porque aun con el paso del tiempo y el cambio de las circunstancias, siempre me haces sentir y vivir momentos maravillosos y me permites compartir con gente fantástica.

Es cierto que hallo también en ti razones que me sumen en el dolor, que arrancan lágrimas de tristeza, pero tú, mi bella, siempre serás la cuidadora de mis mejores recuerdos, de mis grandes amores.

Tú estarás siempre en ese lugar que te has ganado y que ocupas en mi corazón y en mi alma. Un lugar especial, único: el de los sentimientos más profundos y hermosos, el de los más tristes. El de los más intensos.

Tú, mi bella, eres como la verde sonrisa de tu vegetación tropical, la que brota con la leve caricia de la lluvia generosa y se regala preciosa, fecunda. Eres inmensidad azul porque en ti se conjugan la gran tempestad y la anhelada calma. Apacible y apasionada… el sueño pendiente y la fe desesperada.

Siempre serás la patria que un día elegí, y que me brinda el calor de hogar que perdura en el tiempo y la distancia. La que vive en mí radiante y herida, porque conjugas todo lo bello con la tristeza y la necesidad que hoy en ti palpitan.

Hoy quiero agradecerte porque eres mi dicha y mi dolor. Por este sentimiento agridulce que se debate dentro de mí con la esperanza de que nuestra gente dejará atrás la mustia realidad, y volverá a disfrutar de tu esplendor; porque sí mi bella Venezuela, tú eres luz, eres vida, eres paz, eres candor.







Es muy triste ver y sentir tu realidad, no desde arriba, como invitados, como observadores, sino en la vida real, en la búsqueda de los alimentos, de los medicamentos, intentando sobrevivir al hampa, a la inflación desbocada… Compartir el padecimiento de quienes trabajaron y trabajan con dignidad y esfuerzo, y aun así se ven privados de lo básico, porque no hay, porque no les alcanza lo que ganan. Porque a las 7 de la tarde ya no hay tiendas abiertas, porque a las 8 cierran los centros comerciales, la mayoría de los restaurantes… Porque el toque de queda lo imponen los indeseables, y si se ha sobrevivido hasta esa hora no hay razón para arriesgarse. Salir a divertirse o a compartir con los amigos es secundario.

Unos te aman y otros te destruyen, unos te sienten y viven con impotencia, y otros te imponen el yugo, la incapacidad… No puedo entenderlo, no sé por qué sucede. No hallo explicación porque siempre has sido generosa, bella, maravillosa. Siempre has dado, te has entregado, has admitido y compartido, y, definitivamente, no mereces lo que estás viviendo. No lo merece la mayoría de tu gente, aunque digan lo que digan.

Injusto es lo que sucede contigo, con quienes no ganan para comer, con quienes fallecen porque no encuentran las medicinas que necesitan, con los que penan desde la madrugada en las colas para comprar comida. Personas que han reducido su alimento diario a una comida, y tan necesitadas que un señor ha llegado a decirme: “Señora, no sabe cómo la envidio, mis hijos hace meses que no pueden comer margarina”, yo estaba en cola para pagar la que tenía en la mano, pero ya se había terminado. Ironías del destino, el hombre llevaba puesta una camisa blanca con un sello de cada lado, y cada uno identificaba a una empresa suplidora de alimentos de un grupo afín al gobierno. 

Es injusto lo que sucede con la gente noble que tiene que vivir en barrios y salir de madrugada a trabajar, viendo como sus familias se reducen a manos de los mal vivientes… Con el que percibe un ingreso de 22.000 bolívares fuertes, y tiene que pagar entre 750 y 1.500 por un litro de leche, cuando la encuentra. Injusta es la justicia que cayó en manos de patrioteros que se dicen patriotas.

Puede que mi memoria me engañe y no todo haya sido tan bueno como lo concibo, aun así, estoy segura de que conocí una Venezuela en condiciones muy diferentes, por la que caminaban seres alegres llenos de vida y sueños. Existencias que sabían que el futuro era prometedor, que trabajaban con ganas porque contaban con diferentes caminos para elegir.

Hoy hay solo uno: ¡Sobrevivir!

Sobrevivir a la mal nutrición, a la falta de medicinas, a no ser un número entre las aproximadamente 30.000 víctimas de muertes violentas que se estima para el 2016, según el Observatorio Venezolano de Violencia. Un 7 % más que en el 2015, cuando, según la misma fuente, se contaron 27.875. El Estado, sin embargo, cerró el 2015 con 17.778 muertes por inseguridad.


La esperanza está puesta en la fe, y la realidad es que, después de lo que vi y viví, no sé si bastará rezar, aunque estoy de acuerdo en que ni sobra ni hace daño.

Los pasos de mi gente, de tu gente, de nuestra gente, denotan cansancio, y el andar se va resignando a los golpes que, a diario, van tullendo sus ganas. Aun así, estoy segura de que en algún momento las cosas van a cambiar y las sonrisas se adueñarán de tu día a día. 

En medio de tus verdes esplendorosos, de tus radiantes atardeceres, de la belleza de tus campos, tus playas y tus montañas, en medio de esos paisajes con que nos alimentas y reanimas cuando nos sentimos exangües, están la vida, la alegría. Está nuestro mundo, nuestra historia y nuestro amor.






Y, aunque sé que no con la misma intensidad, porque no es mi día a día, entre la tristeza de tu gente está la mía. Está en el dolor que siento al ver todo lo que han cambiado sus vidas, al saber las dificultades que la mayoría pasa, al percibir la frustración que albergan en sus corazones, porque los tentáculos del mal limitan su presente y su futuro.

Una tristeza que aflora al hablar con la madre que llora por el hijo que le han quitado para siempre, o la del que se ha ido lejos y solo, a buscar una oportunidad, no de hacerse millonario, sino de no morir a manos de algún desalmado lleno de rencor y sin conciencia.

Está al pensar en ese alguien maravilloso y sumamente importante en mi vida. Alguien con quien compartía mis mejores aventuras. Aventuras que se han reducido a mensajes que deben cruzar miles de kilómetros para llegar a destino, y por quién no puedo hacer nada aun cuando sé que me necesita. Aun cuando le necesito.

En los rostros de los ancianos que tienen que hacer largas colas porque su paga no alcanza para comprar lo que necesitan, y sus cuerpos no pueden con lo que les toca vivir. En el terror que sienten porque tienen miedo a que se armen tiroteos mientras esperan…

Está en las mascotas abandonadas que hoy deambulan por tus calles, porque sus amos ya no las pueden mantener. Cómo hacerlo si a duras penas comen ellos. 

Está en el luto que viste a quienes han perdido a un ser querido porque no hay insumos para operarle y salvar su vida, o simplemente los reactivos para descubrir la infección que, de tener el antibiótico indicado, podría permitirle seguir viviendo.

Está en el desconocimiento de lo que ocurre, porque no se informa y no se sabe, aunque tal vez sea mejor así...

En ti están la tristeza y también el futuro, porque en ti están esos incansables dispuestos a encender la luz a quienes regresen cuando la tempestad amaine. Los que luchan sin cesar por un mejor futuro. Los que no vivieron la separación pero sintieron la pérdida, los que mantuvieron la esperanza y experimentaron la frustración, los que, a pesar de la impotencia siguen esperando el maravilloso regreso: el de la paz y el progreso.

Quienes retornen también serán necesarios, porque igual que ahora son tus embajadores, si pueden y deciden volver, su criterio y la nueva forma de vivir, de ver las cosas, ayudarán a cambiar lo que no funciona, a desarrollar una sociedad diferente.

En todo caso, mi bella Venezuela, es cierto que no te hemos valorado como debíamos, que la imprudencia, el creernos con derecho a todo, dejar pasar las cosas porque había mucho…, y el no pensar en las consecuencias de nuestros actos, sobre todo los de los enchufados, vivos y resentidos, nos llevó a donde estamos.

Lo que se vive es largo y duro, pero todo tiene un final menos el amor, y amor es lo que tú regalas a todo el que quiera y sepa apreciarlo, y con amor y por amor a ti volverán la paz, la libertad y el progreso.

Tú eres el Alma Llanera que nos hace hervir la sangre en la distancia, porque llevamos tu luz y tu aroma en la piel, y a ti, mi bella Venezuela, te dedico hoy la canción que canto siempre cuando te pienso. Es mi dedicatoria personal, porque aun yo siento ese primer beso que me diste justo cuando era el momento…

¿Qué por qué te quiero? Son mil cosas a la vez…







martes, 21 de junio de 2016

Mi querida España

Mi querida España,

Hoy estoy lejos y he decidido escribirte porque me preocupa tu futuro, el nuestro y el de nuestros hijos y nietos.

Inicié mi andadura en el mundo de las letras con pequeñas cartas que entonces iban dirigidas a los seres que me dieron la vida. Hoy eres tú la destinataria de tres páginas, ¡madre mía cómo he cambiado!

Tú que eres mi patria, hermosa y con un sinfín de posibilidades. Tú que eres dueña de mi cariño, y en estos momentos también de mis preocupaciones. Pensando en ti recordé que en mis tiempos de colegiala teníamos una directora que era muy estricta, y nos hacía repetir: ¡España, una, grande, libre! Nunca lo olvidé, y hoy vino a mi mente porque me preocupan tu libertad y tu grandeza, y no me refiero a la extensión física.

Algo tonto para unos, algo que conocemos muy bien otros. Que sabemos de lo que hablamos porque lo vivimos, porque hemos visto como se apagan la libertad y la grandeza, y se sumerge al pueblo y al país en la miseria. Miseria física, económica e incluso de pensamiento en muchos casos.

Mi querida España, has sido tan generosa, has dado tanto que ha sido difícil adaptarse a los momentos tan duros por los que pasamos, y me incluyo. Aun así sé que podemos salir adelante si nos unimos en el mismo propósito, si trabajamos con ganas y vemos lo bueno, si te queremos más. Si te criticamos y robamos menos.

Si tratamos de cambiar la realidad con trabajo y honestidad, sin creer en quienes nos quieren robar el futuro con cantos de sirenas.  

Decía mi mamá que no hay poco que no llegue ni mucho que no se acabe, dependiendo de quién lo administre, y eso me recuerda a la época de bonanza cuando el dinero no se empleó para desarrollarte, para industrializarte y generar empleo, sino para dar pagas sin ton ni son. Se malbarató en estudios sin sentido, en obras absurdas. Se malgastó, se robó y se regaló. Y cómo es fácil adaptarse a la buena vida, todo estaba bien y se vivió el momento sin quejarse ni preocuparse. 

Lo bueno no dura siempre, lo sabemos, pero no es sencillo dejarlo ir. Estábamos acostumbrados a tener, a pedir, a que nos dieran, y ahora cuesta mucho asimilar que las cosas han cambiado. Que no producimos para mantener la bonanza.

Hay quienes pretenden más de lo que puedes dar, quienes no entienden que la historia es cíclica y de vez en cuando nos da algunas bofetadas. 

También es cierto que los gobernantes no han estado a la altura. Unos malgastando porque había para ellos y para regalar, otros atrincherándose en la mayoría absoluta, y recortando sobre todo donde más se necesitaba, porque si lo hubieran hecho a todo nivel, seguramente se hubiera entendido.

Ahora estamos muy cerca de las nuevas elecciones. Elecciones que marcarán tu destino, y me siento triste porque estamos en manos de un grupo de políticos que no han demostrado merecerte. Porque no, no han estado a tu altura, ni serán capaces de estarlo.

Las opciones distan de ser lo que te mereces mi bella patria, y los electores están en su mayoría decepcionados y hartos. Tanto que muchos votos serán producto del deseo irracional de castigar, por lo tanto las consecuencias serán nefastas.

Algunos votarán ilusionados con un cambio. Un cambio que creen hallarán si gobiernan quienes ofrecen igualdad, acabar con la corrupción, con todo lo que no gusta… Lo malo de esto es que se dejarán llevar por palabrerías de políticos que ansían el poder, y que en realidad acabarán con todo lo bueno que existe. Con lo que ha llevado años de lucha y trabajo alcanzar.  

Se elegirá un camino que en realidad te llevará a perder tu grandeza y tu libertad, tu paz, tu orden. Todo lo logrado hasta ahora. Y contigo lo perderemos nosotros.

Y es que sabiduría no se les ve más que para lo que les interesa. Medidas claras, concretas y efectivas para solucionar no han dado ninguna, solo van a hacer, pero cómo, con qué…, y barita mágica tampoco creo que tengan, aunque sí, reconozco que sus homólogos, aunque no reconocidos pero si conocidos, supieron transformarlo todo, y no para mejor precisamente.

Tú, mi querida España, eres pensante e inteligente, y sé que me entiendes, porque aunque has sido una madre quizás demasiado complaciente, también has sabido levantar a una mayoría maravillosa, luchadora y trabajadora, que nos hace sentir orgullosas, a ti de ser España, a mí por ser española.

No sabes cuánto me gustaría que mis compatriotas se dieran cuenta de que el camino no es la miseria disfrazada de populismo. No lo es porque de donde no hay no se puede sacar. No lo es aunque diga lo que muchos, por la decepción que sentimos ante la labor de la mayoría de nuestros gobernantes, quieren escuchar.

Miseria sí, eso es lo que te espera mi querida España, si tus votantes así lo deciden, ahora que pueden y lo hacen con libertad y confianza, y si los pactos que hagan los políticos, guiados por su irracionalidad y ambición así lo consolidan.

Es mucho más lo que podría decirte, porque mi experiencia en esto es larga y no del todo buena, lamentablemente. Lo positivo es que de todo se aprende, y también de eso he aprendido. He aprendido que casi todos mienten, que no cumplen lo que ofrecen, que juegan con los votantes y se venden a los poderes.

He aprendido que no todos los cambios valen, que se puede ir a mejor o a peor.  Y es que los del cambio no son diferentes, sino que crean sus propios poderes y siguen manteniendo a los existentes, porque a fin de cuentas el dinero no tiene ideales, por eso todos lo quieren, y quien lo posee o lo controla puede comprar  conciencias.

Es cierto que queremos y necesitamos un cambio, pero visto lo visto, el que nos ofrecen traerá destrucción y hará que emerjan nuevos capitales, y como riqueza y producción no hay, surgirán de ahogar al pueblo. De sumirlo en la miseria, porque siempre, siempre se puede ir más abajo, y aún cuando lo estás pasando mal, lo estamos pasando mal, siempre se puede estar peor.

He aprendido que la experiencia es clave para desempeñar bien un trabajo, en cualquier área. Experiencia, preparación, creatividad, honestidad, palabras claves en cualquier currículo. Lo que nos piden en cualquier empresa, y me pregunto dónde está la experiencia de los del cambio, cómo van a lograrlo…

He aprendido que hay que ser muy cautos porque los dictadores ya no se presentan como tal, ya que nadie los aceptaría. Pero aun así existen en la actualidad, y es que las ansias de poder persisten aunque los tiempos sean otros, y con ellos la forma de manipular.

Es hora de despedirme mi querida España, y lo hago deseando de corazón que la gran mayoría de los votantes demuestren ser más pensantes, conciliadores e inteligentes que buena parte de nuestros políticos. Más analíticos, honestos y constructores. Que no creamos todos que tenemos la verdad, porque me preocupa mucho el saber que eres una tierra tan hermosa como dividida, gravemente dividida.

Votar… ¡Por supuesto que sí! Por quién… pues, aunque ninguno sea mi ideal, quiero ser parte de los que deciden, quiero que estés bien, que estemos bien. Quiero que haya paz, unión y empleo. Con ello llegará la abundancia.

Te digo hasta pronto con otro refrán, tan auténtico que me gustaría que pensáramos en él antes de depositar las papeletas en las urnas y decidir tu destino: dime con quién andas y te diré quién eres.

Hasta pronto mi España, nuestra España, la España de mi hija, de mis amigos, de mis vecinos, de mi familia. La España de todos los que nos sentimos españoles.

Una España fantástica con tus defectos y virtudes, muchas más virtudes que defectos. Así te veo, así te siento, y me encantaría que estuvieras siempre: sonriente y llena de vida. Nunca mustia, nunca sometida.


¡¡¡Siempre libre!!!



martes, 7 de junio de 2016

Vivir en Libertad



¡Hola queridos amigos!

Hoy me levanté pensando en una de mis palabras favoritas: libertad, y al hacerlo recordé que cuando era adolescente construía mis sueños entre frases que terminaban en libertad. Quería:

Vivir en libertad, amar con libertad, disfrutar con libertad, actuar con libertad, expresarme con libertad, elegir con libertad, crear con libertad…

La que más me gustaba era: vivir en libertad, porque con ella podía resumir mi filosofía de vida.



Entonces parecía simple hallar el ansiado contenido de tan hermoso vocablo. Hoy estoy convencida de que lo realmente fácil es perderlo, y lo hacemos además con tanta frecuencia que, muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta, hasta que es tarde.

Nos condiciona la sociedad en la que nacemos, desde antes de hacerlo, y lo hace además lo que leemos, lo que vemos, lo que vamos enfrentando, con quienes compartimos, lo que vivimos…

Cada cabeza es un mundo, dice el dicho, y cada vida una historia. Cada convivencia un intercambio. Cada encuentro un aprendizaje…

Somos suma. Suma que nos amolda y nos va llevando por caminos en los que no suele ser fácil mantenernos y sentirnos libres, por eso, la libertad, como la tristeza o la felicidad, es más un sentir que un estado.

Nos sentimos libres cuando jugamos en el parque, cuando construimos nuestro castillo de arena y en él viven la familia feliz o los feroces guerreros. Cuando vamos solos por primera vez al cine… 

Con el transcurso del tiempo nuestras necesidades para experimentar la libertad cambian, y solo somos realmente libres si hemos sido lo suficientemente pensantes, analíticos y racionales, como para tener nuestra propia identidad. Para ser independientes, y no uno más de la masa que se deja llevar por la gran ola. 

Nos sentimos libres si no nos hemos dejado comprar, y no solo se compra con dinero…

Somos libres cuando somos capaces de escuchar a los demás, sin exaltarnos sin insultar, y podemos entender su punto de vista, e incluso revisar el nuestro, porque lo más probable es que tengan algo que aportarnos, aunque no por eso nos lo vayan a cambiar.

Nos sentimos libres si somos respetuosos y no permitimos que ninguna ideología nos ciegue. Si no criticamos ni agredimos, si no intimidamos. Si no coartamos ni juzgamos, porque igual que nosotros necesitamos nuestra libertad, los demás necesitan la suya.

Somos libres y felices, cuando vencemos los miedos que nos impiden dar el gran paso que necesitamos para ir en pos de nuestros sueños. 

Solo entonces experimentamos la emoción que nos embargaba cuando éramos niños. Aquella libertad que parecía no tener límites, aunque la magnitud de lo que hagamos y sus consecuencias sean mucho mayores y, por lo tanto, más difícil el lograrlo. 

También hay maneras simples de sentirnos libres: contemplar el mar es tan grato que nos regala una sensación de libertad maravillosa. 



Disfrutar de un paisaje. Escuchar la música que nos gusta y nos hace sentir bien, de acuerdo al momento. Pueden ser melodías energizantes que nos hagan olvidar el mundo y tener nuestro ratito de libertad, o tan suaves que nos permitan flotar, libres y relajados. 

Busquemos nuestra libertad. Libertad de pensamiento sobre todo, recordando que quien alberga rencores no es libre ni lo será nunca. 

Quien se deja manipular tampoco, y quien manipula es un opresor, pero no vive en libertad porque lo hace en función de sus intereses, o los de alguien más, y por lo tanto es esclavo de ello. 

No es libre quien tiene vicios, porque ellos le dominan.

Hoy me despido aquí amigos, porque en este momento necesito desayunar, y es que sí, el hacer lo que necesitamos nos hace libres, aunque muchas veces sea bien complejo y sintamos que no somos dueños de nuestros actos como quisiéramos, pero otras es tan simple como hacer algo sencillo...


¡Hasta pronto y muchas gracias por haberme acompañado, os invito a un paseo en libertad, aunque sea breve!


lunes, 2 de mayo de 2016

Alfredo. La vida de un campeón con Distrofia Muscular de Duchenne


¡¡¡Hola queridos amigos!!!

Hoy quiero hablaros de mi más reciente creación: “Alfredo. La vida de un campeón con Distrofia Muscular de Duchenne”. No puedo calificarlo porque no sería objetiva, pero sí quiero presentároslo porque me siento muy feliz.

Las razones son varias pero solo pondré tres para no extenderme demasiado:

La primera es que mientras lo escribía iba conociendo más al protagonista: Alfredo, un chico encantador, que además es digno de admiración y de que le demos lo mejor de nosotros, porque eso es lo que nos da él, y me encanta el tener la oportunidad de compartir con vosotros lo que a su lado sentimos.

La segunda es que quienes van leyendo su biografía van publicando comentarios que podéis encontrar en su  Facebook, Alfredo Sanchez Sansano, o en el mío, Mary Quiroga Alvarez. Comentarios como:

Qk Obradors: Ya lo he leido 3 veces!!

Encarna Reche: Puedes estar feliz...es un libro precioso... con tus vivencias todo tan real y verdadero k vale mucho la pena leerlo y tenerlo como recuerdo. Gracias Alfredo por querer compartir tu vida con nosotros gracias mil.

Toñy Chamorro V.: Gracias Alfredo ya tengo casi la mitad del libro leído, es precioso lleno de amor y aceptación. Hay que ver lo que vales eres un ejemplo a seguir un beso muy fuerte.

Consuelo Ruiz: Ya tengo más de la mitad leído campeón!! Qué lección de vida nos dáis!! Gracias por compartir tu vida con nosotros. Besitos.

Mari Carmen Piernas: A por el segundo, que el primero es precioso cielo.

Carmen Perez P.: Alfredo voy por la mitad del libro me gusta muchísimo por tu valentía, por tu amor y por tu cariño a todos tus amigos, y esa Mari Quiroga que bien escrito, porque es todo lo que vivimos contigo, eres un gran capitán, un ángel y estoy muy orgullosa de ser tu amiga.

Ana Maria Sanchez P.: Hola Mary Quiroga, tengo el libro de Alfredo desde el martes, y ya le comenté a él por privado que enganchaba su lectura y que se notaba que estaba escrito con mucho amor. Muchas felicidades por plasmar tan sencillamente la vida de nuestro amigo.

Hay más comentarios y, de momento, son todos positivos, tanto que me hacen sonreír al leerlos. Los agradezco altamente, y por eso estoy hoy aquí. Para que también vosotros tengáis la oportunidad de conocer a Alfredo, porque él es un ángel que nos hace sonreír a todos, que nos da ánimo, fuerza. Que nos contagia optimismo.

La tercera es que creo que es un libro que nos puede ayudar en diferentes aspectos, tanto a nivel personal, levantándonos el ánimo cuando estemos caídos por alguna razón, como haciéndonos un poco más humanos al conocer la lucha de quienes, muchas veces, pasan desapercibidos ante nuestros ojos. Seres con un corazón enorme que solo quieren una sonrisa de afecto, por ello me sentiría sumamente complacida sí logro que, tras la lectura, alguien se dé cuenta de ello y actúa en consecuencia.

Os cuento además que escribir “Alfredo. La vida de un campeón con Dostrofia Muscular de Duchenne”,  me llenó especialmente porque él es un campeón donde los haya, y, aunque ya le conocía, así pude hacerlo más y compartir momentos fabulosos con él. 

Alfredo es uno de esos campeones que merecen la gloria, el mayor trofeo, y que luchan por ser simplemente aceptados. No discriminados. No rechazados. 

Alfredo existe, es real, ama, sueña, vibra y se adapta, pero no se conforma. 

Alfredo lucha y no se rinde.

Es el mejor protagonista. El que teniendo voz y voto, jamás me objetó nada. El que, aún siendo real, supera a los de ficción en corazón, en entrega, en alegría, en cariño, en ternura, en picardía…, y eso hace que haber escrito su biografía haya sido una experiencia inolvidable, positiva, hermosa. 

Él es diferente. Y su diferencia no radica en el hecho de que esté postrado en una cama con respiración asistida, sino en la gran lección de vida que nos da. 

Una lección de amor, de aceptación y lucha.

Una lección en positivo, en la que vivir en paz y armonía es lo primordial. En la que nos enseña a valorar lo que está a nuestro alcance, lo que tenemos, y, sobre todo, a quienes tenemos.

¿Por qué es así?, no lo sé, quizás porque además ha tenido a su lado a unos padres admirables, que se volcaron totalmente en hacerle feliz, y lo han logrado.

Alfredo sabe de sufrimientos, vaya que sí sabe, más que muchos, pero se alimenta de lo bello, y eso es lo que nos transmite. 

Sabe de limitaciones y luchas, ya que tiene a un monstruo que lo acosa a diario, y él lo combate con esperanza, optimismo y con la dicha que siente entre su familia y amigos, presenciales y / o  virtuales.

Por todo esto, estoy segura de que no os arrepentiréis de conocerlo y que disfrutaréis entre sus aventuras. 

Aventuras que no transcurren en grandes escenarios ni en lugares paradisíacos, pero sí entre amores verdaderos, apoyo familiar, y amigos que nos contagiamos con ese algo especial que hay a su alrededor, y que os invito a conocer, no solo con mis palabras, sino con las suyas, y con diferentes fotografías a color, que nos ayudan a entender mejor ese mundo de felicidad que a su lado encontramos.

Cuenta además con un prólogo muy sentido, hecho por mi amigo y escritor Jesús Alfredo Díaz García, quien, entre otras cosas, dice esto cuando lo presenta en su página de Facebook:

Alfredo. La vida de un campeón con Distrofia Muscular de Duchenne.

Este libro escrito por Mary Quiroga Álvarez es más, muchísimo más que una simple biografía. Pequeño en grosor (520 gramos, 277 páginas y 58 fotografías a todo color, con una tipografía pensada para ser leída con comodidad por personas de cualquier edad), es grande, muy grande en esfuerzo, dedicación, amor y contenido.

A través de su lectura se va conociendo a Alfredo, ese hombre con espíritu de niño. Pero también se llega a conocer a sus maravillosos y entregados padres, a quienes el Cielo les puso toda una prueba de amor y abnegación, que superaron con creces. San Pedro les tendrá abierta la puerta de oro mayor, no el postigo de los comunes.

También, amigo lector, a través de las líneas y las imágenes de esta biografía podrás hacerte una idea, aunque sea lejana, pero fiel, de lo que esa terrible enfermedad significó para Alfredo, para sus padres y el entorno familiar y de amistades más cercanas. Una enfermedad que, para una persona en la indigencia o viviendo sola, significa la muerte segura, por inanición en el mejor de los casos.

http://alfredodiazgarcia.com/autor/

Ya me despido amigos, porque voy a leer un poquito, no sin antes resumir ;)

En "Alfredo. La vida de un campeón con Distrofia Muscular de Duchenne", descubro, cuento, analizo, siento y disfruto en compañía de nuestro campeón y de su bello mundo. Un mundo de energía, vitalidad, amor, ganas, entrega..., porque, sin duda alguna, Alfredo es ejemplo de vida y lucha en positivo.

Es generoso, soñador. Es Él, y os invito a conocerlo un poco más a través de vivencias que resume en frases cortas de gran contenido. A través de mis búsquedas, percepciones y observaciones. Y leyendo las entrevistas hechas a algunos de sus amigos, mientras contempláis momentos e interpretáis sentires en sus fotografías.

Estoy segura de que no os arrepentiréis de tener en vuestras manos este libro que os permitirá conocerlo más, y que os ayudará a manteneros positivos. A entender que la vida es vida en medio de todo lo que conlleva vivirla, porque fue concebido para que sirva de autoayuda. Para que en cualquier momento que nos sintamos un poco tristes o desesperanzados, podamos leer uno de sus capítulos y decir, quiero seguir su ejemplo, yo también podré convivir con mi monstruo y seguir adelante.

Es por eso que os recomiendo que lo tengáis con vosotros, y que lo leáis yendo más allá del lenguaje simple con el que fue escrito para que llegue a todos. Que interpretéis entre líneas, entre palabras, entre vivencias, y que para hacerlo uséis ese lenguaje universal que es el amor.



Cómo podéis conseguirlo... 

https://www.facebook.com/alfredo.sanchezsansano





Como siempre, muchísimas gracias por haberme acompañado hasta aquí y que en vuestros rostros haya siempre una sonrisa tan hermosa como la de nuestro campeón!!!

Hasta pronto amigos!!!