Hola amigos!!!
Hoy quiero dejar mi mensaje a la gente de esa Cataluña amiga que tanto nos gusta a la gran mayoría.
En medio de las contradicciones que hoy se viven en esta preciosa región, quiero
ponerme un instante en la situación de los ciudadanos que tan solo queréis
trabajar, disfrutar de vuestro día a día, caminar libremente por las calles, y educar a vuestros hijos en
la paz y en el amor.
Vivir, tan solo eso, vivir, como podíais hacer hasta no
hace mucho; sin los hechos recientes, sin las constantes noticias que os inquietan y preocupan. Algo tan importante y a la vez tan simple, como lo que, de momento, hacemos quienes estamos en
otras regiones.
Hoy pienso en vosotros e imagino lo difícil que debe
ser este momento para los que no os metéis en política. Los que habéis elegido a quienes os deben representar y mantener el orden constitucional, y que, además, cobran por ello, de manera que, únicamente, queréis que os lleven por el camino
de la paz y el progreso, nunca por el de la guerra, ni física ni psicológica.
Queréis un progreso que en este momento está siendo
lacerado. Una armonía que, en muchos casos, ha dejado de existir, y en otros es
difícil de sostener.
Sé, por experiencia, que ansiáis que cese la locura. Una locura que ha sido creada para sostener los intereses políticos y económicos de algunos, y que, como tienen el poder y quieren mantenerlo a toda costa, destruyen vuestra convivencia, y profundizan la división.
En todo caso, creo firmemente que esos intereses no lograrán vencer a la gran mayoría pacífica, razonable, trabajadora.
Esa mayoría que en este momento lucháis con fuerza para mantener lo que habéis logrado. Que soportáis ofensas y ataques, y que solo contáis con el apoyo de la Ley que quieren romper, y de los cuidadores de la Ley y el Orden que quieren echar.
Esa mayoría que en este momento lucháis con fuerza para mantener lo que habéis logrado. Que soportáis ofensas y ataques, y que solo contáis con el apoyo de la Ley que quieren romper, y de los cuidadores de la Ley y el Orden que quieren echar.
Hoy muchos habéis perdido amigos por cuestiones políticas, tal
vez, incluso hayáis dejado de hablar con algún familiar. Otros calláis para
evitar problemas, socializáis menos y os autoexcluís, para no caer en discusiones.
Para aislaros de lo que os hace daño.
Vuestros niños no entienden qué pasa. No saben por qué estáis preocupados, tal vez más emotivos de la cuenta. No entienden por qué tantas banderas; por qué no pueden verse con sus amiguitos, e incluso, por qué algunos son relegados por la función, los
ideales o las profesiones de sus padres.
Ignoran que están siendo afectados por la
falta de hermandad y raciocinio de unos cuantos, que, cual virus infeccioso, se
ha expandido a unos muchos, y está condenando a un pueblo progresista,
trabajador y honesto, a padecer por la corrupción de pensamiento y acción de
parte de sus dirigentes y líderes.
No son más, pero en sus acciones y cacofonía no hay espacio
para el respeto o la convivencia pacífica, y excluyen a los que queréis
recorrer el camino en armonía.
Hoy os pienso, y os considero, porque sé que lo que estáis
viviendo es muy difícil, y me uno, como seguramente lo hace la mayoría de
quienes estamos pendientes de vosotros desde lejos, al que, seguramente, es
vuestro gran deseo: que todo pase pronto, y regrese la cordura.
Ojalá que en cada amanecer halléis esperanza y vuestro sol brille
con intensidad e ilusión, y que la serenidad del otoño traiga la reconciliación.
Que podáis salir a la calle sin bandera, o con la que
os dé la gana, pero sin que nadie os insulte. Deseo que se den las condiciones
para que habléis de política, si es lo que queréis, y que lo podáis hacer cuándo, cómo y dónde queráis, sin
discutir ni ser agredidos; o que no tengáis necesidad de hacerlo, porque
vuestra elección haya sido certera, y aquellos a los que pagáis sean competentes y
honestos.
Deseo que vuestros niños puedan ser niños, que jueguen y
vivan felices, palpando con el candor de su inocencia la placidez de la armonía,
la tranquilidad y el progreso. Sin
adoctrinamientos, sin que los problemas de los adultos afecten su infancia.
Que los adolescentes sean capaces de discernir, de analizar y crear un mundo mejor del que ahora tenemos, porque hayan recibido ejemplo de concordia y trabajo en positivo, sin engaños, sin rencores, sin ningún tipo de corrupción que ocultar ni por la que ser condenados.
Ojalá que pronto vuelva la paz que hoy os ha sido
robada.
Mis deseos son además universales, porque son muchos los lugares en los que hace falta que creemos consenso, paz. Que actuemos con humanidad.
Entendimiento y respeto para todos. Que no prime la Ley de los que vociferan y rompen a su antojo.
Besos y hasta la próxima!!! Eso sí, antes cantamos... Os invito a que le hagamos el coro, y escuchemos lo que nos dicen estos cuatro grandes de España!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario