Mi querida España,
Hoy estoy lejos y he decidido escribirte porque me preocupa
tu futuro, el nuestro y el de nuestros hijos y nietos.
Inicié mi andadura en el mundo de las letras con pequeñas
cartas que entonces iban dirigidas a los seres que me dieron la vida. Hoy eres
tú la destinataria de tres páginas, ¡madre mía cómo he cambiado!
Tú que eres mi patria, hermosa y con un sinfín de posibilidades. Tú
que eres dueña de mi cariño, y en estos momentos también de mis preocupaciones.
Pensando en ti recordé que en mis tiempos de colegiala teníamos una directora
que era muy estricta, y nos hacía repetir: ¡España, una, grande, libre! Nunca lo olvidé, y hoy vino a mi mente porque me preocupan tu
libertad y tu grandeza, y no me refiero a la extensión física.
Algo tonto para unos, algo que conocemos muy bien otros. Que
sabemos de lo que hablamos porque lo vivimos, porque hemos visto como se apagan
la libertad y la grandeza, y se sumerge al pueblo y al país en la miseria.
Miseria física, económica e incluso de pensamiento en muchos casos.
Mi querida España, has sido tan generosa, has dado tanto que
ha sido difícil adaptarse a los momentos tan duros por los que pasamos, y me
incluyo. Aun así sé que podemos salir adelante si nos unimos en el mismo
propósito, si trabajamos con ganas y vemos lo bueno, si te queremos más. Si te
criticamos y robamos menos.
Si tratamos de cambiar la realidad con trabajo y honestidad, sin creer en quienes nos quieren robar
el futuro con cantos de sirenas.
Decía mi mamá que no hay poco que no llegue ni mucho que no se acabe, dependiendo de quién lo administre, y eso me recuerda a la época de
bonanza cuando el dinero no se empleó para desarrollarte, para industrializarte
y generar empleo, sino para dar pagas sin ton ni son. Se malbarató en estudios
sin sentido, en obras absurdas. Se malgastó, se robó y se regaló. Y cómo es
fácil adaptarse a la buena vida, todo estaba bien y se vivió el momento sin
quejarse ni preocuparse.
Lo bueno no dura siempre, lo sabemos, pero no es
sencillo dejarlo ir. Estábamos acostumbrados a tener, a pedir, a que nos dieran,
y ahora cuesta mucho asimilar que las cosas han cambiado. Que no producimos
para mantener la bonanza.
Hay quienes pretenden más de lo que puedes dar, quienes no
entienden que la historia es cíclica y de vez en cuando nos da algunas
bofetadas.
También es cierto que los gobernantes no han estado a la
altura. Unos malgastando porque había para ellos y para regalar,
otros atrincherándose en la mayoría absoluta, y recortando sobre todo donde más
se necesitaba, porque si lo hubieran hecho a todo nivel, seguramente se hubiera
entendido.
Ahora estamos muy cerca de las nuevas elecciones. Elecciones
que marcarán tu destino, y me siento triste porque estamos en manos de un grupo
de políticos que no han demostrado merecerte. Porque no, no han estado a tu
altura, ni serán capaces de estarlo.
Las opciones distan de ser lo que te mereces mi bella
patria, y los electores están en su mayoría decepcionados y hartos. Tanto que
muchos votos serán producto del deseo irracional de castigar, por lo tanto las
consecuencias serán nefastas.
Algunos votarán ilusionados con un cambio. Un cambio que
creen hallarán si gobiernan quienes ofrecen igualdad, acabar con la corrupción,
con todo lo que no gusta… Lo malo de esto es que se dejarán llevar por
palabrerías de políticos que ansían el poder, y que en realidad acabarán con
todo lo bueno que existe. Con lo que ha llevado años de lucha y trabajo
alcanzar.
Se elegirá un camino que en realidad te llevará a perder tu
grandeza y tu libertad, tu paz, tu orden. Todo lo logrado hasta ahora. Y
contigo lo perderemos nosotros.
Y es que sabiduría no se les ve más que para lo que les interesa. Medidas claras, concretas y efectivas para solucionar no han dado ninguna, solo van a hacer, pero cómo, con
qué…, y barita mágica tampoco creo que tengan, aunque sí, reconozco que sus
homólogos, aunque no reconocidos pero si conocidos, supieron transformarlo
todo, y no para mejor precisamente.
Tú, mi querida España, eres pensante e inteligente, y sé que
me entiendes, porque aunque has sido una madre quizás demasiado complaciente,
también has sabido levantar a una mayoría maravillosa, luchadora y trabajadora,
que nos hace sentir orgullosas, a ti de ser España, a mí por ser española.
No sabes cuánto me gustaría que mis compatriotas se dieran
cuenta de que el camino no es la miseria disfrazada de populismo. No lo es porque
de donde no hay no se puede sacar. No lo es aunque diga lo que muchos, por la
decepción que sentimos ante la labor de la mayoría de nuestros gobernantes,
quieren escuchar.
Miseria sí, eso es lo que te espera mi querida España, si
tus votantes así lo deciden, ahora que pueden y lo hacen con libertad y
confianza, y si los pactos que hagan los políticos, guiados por su irracionalidad y ambición así lo
consolidan.
Es mucho más lo que podría decirte, porque mi experiencia en
esto es larga y no del todo buena, lamentablemente. Lo positivo es que de todo
se aprende, y también de eso he aprendido. He aprendido que casi todos mienten,
que no cumplen lo que ofrecen, que juegan con los votantes y se venden a los poderes.
He aprendido que no todos los cambios valen, que se puede ir
a mejor o a peor. Y es que los del
cambio no son diferentes, sino que crean sus propios poderes y siguen
manteniendo a los existentes, porque a fin de cuentas el dinero no tiene
ideales, por eso todos lo quieren, y quien lo posee o lo controla puede comprar
conciencias.
Es cierto que queremos y necesitamos un cambio, pero visto
lo visto, el que nos ofrecen traerá destrucción y hará que emerjan nuevos
capitales, y como riqueza y producción no hay, surgirán de ahogar al pueblo. De
sumirlo en la miseria, porque siempre, siempre se puede ir más abajo, y aún cuando lo estás pasando mal, lo estamos pasando mal, siempre se puede estar peor.
He aprendido que la experiencia es clave para desempeñar
bien un trabajo, en cualquier área. Experiencia, preparación, creatividad,
honestidad, palabras claves en cualquier currículo. Lo que nos piden en
cualquier empresa, y me pregunto dónde está la experiencia de los del cambio,
cómo van a lograrlo…
He aprendido que hay que ser muy cautos porque los
dictadores ya no se presentan como tal, ya que nadie los aceptaría. Pero aun
así existen en la actualidad, y es que las ansias de poder persisten aunque los
tiempos sean otros, y con ellos la forma de manipular.
Es hora de despedirme mi querida España, y lo hago deseando
de corazón que la gran mayoría de los votantes demuestren ser más pensantes,
conciliadores e inteligentes que buena parte de nuestros políticos. Más analíticos,
honestos y constructores. Que no creamos todos que tenemos la verdad, porque me
preocupa mucho el saber que eres una tierra tan hermosa como dividida,
gravemente dividida.
Votar… ¡Por supuesto que sí! Por quién… pues, aunque ninguno
sea mi ideal, quiero ser parte de los que deciden, quiero que estés bien, que
estemos bien. Quiero que haya paz, unión y empleo. Con ello llegará la abundancia.
Te digo hasta pronto con otro refrán, tan auténtico que me
gustaría que pensáramos en él antes de depositar las papeletas en las urnas y
decidir tu destino: dime con quién andas y te diré quién eres.
Hasta pronto mi España, nuestra España, la España de mi hija,
de mis amigos, de mis vecinos, de mi familia. La España de todos los que nos
sentimos españoles.
Una España fantástica con tus defectos y virtudes, muchas
más virtudes que defectos. Así te veo, así te siento, y me encantaría que
estuvieras siempre: sonriente y llena de vida. Nunca mustia, nunca sometida.
¡¡¡Siempre libre!!!
Mi querida amiga Mary, que carta tan hermosa le has dedicado a España. Dios quiera que sea leída por muchos y entiendan el mensaje. ¡Más claro imposible!
ResponderEliminar¡Viva España! y que ¡Dios bendiga a España y la libre de todo mal!
Ana María Mínguez R.
Muchísimas gracias Ana María, ojalá que así sea, porque de verdad que sería terrible perder todo lo logrado y sumirse en la miseria de nuevo, antes por las armas, ahora por el abuso de poder y esa prepotencia que no ha aprendido la lección... Un abrazo y que así sea, ¡¡¡gracias por tu bendición y tus buenos deseos!!!
EliminarMary, en este momento estás viviendo, de primera mano, la angustia que hay en venezuela. No necesitas que te lo cuenten ni mirar noticieros que presentan solo parcialidades cuando no mentiras. Y es cuando te das cuenta, plenamente, del camino que llevamos en España, y de lo que implicaría, para un país tan dañado social y económicamente, es caer bajo un gobierno populista y de dictadura soterrada como el que rigió Venezuela durante estos quince años. Y es ahora cuando te dolerá más que ingenuos, necios, buenos para nada, confundidos; los que no les importa quemarse una mano con tal de quemarte una a ti y votarán por el diablo con tal de joder al demonio, y también todos aquellos a quienes no les gusta pensar, te digan que en España no es posible que se repita lo que sucedió en Rusia, en Cuba y en Venezuela, por más que sean estos mismos quienes contribuyeron a su destrucción con sus consejos y asesorías. No lo tenemos fácil en España. Porque unos que ya han estado en el poder nos han demostrado que son unos ladrones, mentirosos y cínicos redomados que debieran de estar todos en la cárcel. Otros advenedizos, que al poder solamente comienzan a darle lengüetazos como si de un helado se tratara, nos llevarán a peor, porque sí, todavía se puede ir mucho más abajo, como tú dices.
ResponderEliminarSi de verdad todo pueblo tiene el gobierno que se merece, siento que estoy donde no debo y con quienes no debo. Pero será mi karma.
Hola amigo guardafaro, más claro y más cierto imposible, muchísimas gracias por tu comentario porque de verdad complementa de maravilla lo que quiero expresar, lo que sentimos muchos, lo que vemos venir y otros no se molestan en ver porque se dejaron cegar, porque no quieren ni les gusta pensar, porque es más fácil protestar y patalear, ser víctimas cuando en realidad son victimarios, porque entre unos y otros condenan al país y a todos los demás.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, y me uno además a lo que dices en el último párrafo... irónico pero cierto, será nuestro karma.