Tradiciones de fin de año
¡Hola queridos amigos!
Ya estamos muy cerca del fin de
año y la mayoría de nosotros seguimos alguna práctica por tradición o por
superstición, de manera que hoy quiero compartiros algunas de las costumbres que
se siguen en diferentes lugares, por simple conocimiento o por si alguna os gusta y queréis ponerla en práctica.
Antes quiero comentaros algunas
cosas que seguramente ya conocéis pero que me parecen importantes:
El primer punto donde se recibe el año nuevo es en un lugar desértico
de la Antártida, y el primer país, con habitantes, es el
archipiélago de Kiribati, al noreste de Australia.
Isla de Kiribati
Lamentablemente, debido al cambio
climático, el nivel del Pacífico está subiendo y Kiribati corre el riesgo de desaparecer, de manera que su presidente
ha intentado encontrar un lugar de adopción para la población, y al parecer
serán acogidos por Nueva Zelanda.
El último lugar en recibirlo es Honolulú, en Hawaii, y lo curioso
es que no está muy lejos de Kiribati,
pero el trazado de la línea internacional de cambio de fecha o cambio de día, hace
que esto suceda... y la diferencia de vida entre las islas es un símil de la línea imaginaria que les separa para recibir el año.
Honolulu, Hawaii
De manera que cuando en España
sean las 12 de la mañana, las islas de Kiribati recibirán el nuevo año, y continuará llegando en dirección este oeste
a los demás países pasando por Asia, África, Europa y América, y concluyendo en Hawaii.
Las celebraciones más grandes de fin de año se realizan en Sidney,
Hong Kong, Londres, Nueva York, París, Madrid, Moscú, Berlín, Tokio, Río de
Janeiro, Sao Paulo y Valparaíso.
Valparaíso, Chile
Río de Janeiro
Cada año, El Danubio Azul, el vals más representativo del magnífico Johann Strauss, es interpretado por la Filarmónica de Viena, dirigida por
alguno de los mejores directores de orquesta del mundo, y pone magia a los
últimos minutos de la Nochevieja y a
los primeros del año nuevo, mientras
la gente brinda con champán, se besa y lanza fuegos artificiales, serpentinas y
confeti.
Y es que entre las costumbres más
extendidas está el brindar con champán,
cava o sidra, porque las burbujas representan a la felicidad que todos
queremos tener y compartir.
Las 12 uvas al compás de las campanadas es la tradición más seguida.
Se originó en España, y se dice que tuvo su origen en 1909, a raíz de una
producción excesiva de uvas, aunque hay documentos que la sitúan en 1897. Una
tradición que se practica también en Portugal, y algunos países de América
Latina, como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile, Colombia, Costa
Rica…
El Sol, Madrid
Hacerlo atrae la buena suerte, si
se terminan las uvas antes de que
deje de sonar la última campanada, y el número 12 está relacionado con los 12
meses del año y la hora en que se termina un año y comienza otro. Una costumbre
que hace que durante la última noche del año se consuman más de 500 millones de
uvas en todo el mundo.
En algunos países como España e
Italia, se usa ropa interior roja para atraer a la buena suerte y al amor en un
futuro próximo.
En parte de Latinoamérica como
Perú, Colombia, Venezuela… se usa lencería amarilla para la prosperidad y
bonanza económica y con frecuencia se pone del revés.
En México utilizan ambos colores,
el rojo para el amor y el amarillo para el dinero.
También en Perú, Venezuela, Colombia,
México, Argentina, y otros países de Latino América, hacen muñecos que representan
al año viejo, y los queman.
Es muy común además lanzar fuegos
artificiales para iniciar el año con ambiente de fiesta, además de abrazarse entre
familiares y amigos, y desearse muy feliz año. En Venezuela no solo se desea
feliz año a principio de año, si no que se hace incluso hasta febrero si no se
había visto antes a la persona.
En Uruguay se lanza un balde de
agua desde el balcón para deshacerse de las energías negativas.
Para no tener problemas
económicos podemos meter una joya en la copa con que brindemos, y si es
champán mejor.
Podemos escribir tres deseos en trozos
diferentes de papel, y para que se cumplan los mantenemos pisados mientras se
acaba el año y los quemamos al inicio del nuevo.
Durante el día podemos iniciar
los rituales encendiendo velas de colores, dependiendo de lo que necesitemos
elegiremos el color: para la paz la encenderemos azul, para la prosperidad
amarilla, para la pasión roja y para los estudios naranja.
Limpiar la casa barriéndola de
dentro hacia fuera, y en la noche abrir puertas y ventanas, permitirá que nos
deshagamos de todo lo malo y entren nuevas energías y suerte.
Podemos atraer los viajes de dos
maneras, la primera es recorriendo las habitaciones de la casa con una maleta
la noche del 31, y dejándola luego al lado de la puerta principal hasta el primero;
y la segunda, que se pone en práctica en Venezuela y México, consiste en salir
con la maleta a la calle, y cuanto más lejos lleguemos más largo será el viaje
que hagamos.
Es muy conocida la costumbre de
besarse bajo una rama de muérdago. Se dice que atrae la fertilidad, el amor, la
paz y la salud, porque el muérdago es una planta que permanece verde durante
mucho tiempo y se reproduce con facilidad. Sus propiedades curativas y místicas
eran ya conocidas por los celtas, y los escandinavos declaraban la paz a sus
enemigos bajo una rama de muérdago.
En el siglo XIII, los ingleses se
encargaron de extender la tradición, y por eso vemos que lo hacen en las
películas, y en sus casas. Generalmente la rama está adornada con lazos, y para
que el ritual tenga efecto se debe retirar uno de los frutos cada vez que se
besa a alguien, y sustituirla por otra cuando los frutos se acaban.
Los ingleses acostumbran además a
visitar a sus amigos a comienzo de año y llevan dulces e incluso un trozo de
carbón para la buena suerte, y muchos londinenses y turistas reciben el año junto
al Big Ben, en la Trafalgar Square o en el Picadilly Circus, y se abrazan al
ritmo de la canción escocesa “Auld Lang Syne”,
que quiere decir desde hace mucho, o hace mucho tiempo.
También en Francia se besan bajo
la rama de muérdago, cantan y bailan tras una gran cena a la que llaman “Réveillon
de la Saint-Sylvestre” que comparten con amigos, muchos se van a los Campos
Elíseos y a las inmediaciones de la Torre Eiffel y hacen ruido con pitos… y se
abrazan.
En Italia se incluye un plato de
lentejas para la suerte en la cena de Nochevieja, además de regalar lencería
roja, y los romanos y napolitanos arrojan los trastos viejos por la ventana,
como símbolo de un pasado que se ha terminado.
En Alemania sirven mucha cena y
la tradición es dejar algo sin comer para contar con alimento para el año
nuevo. Brindan además en honor a San Silvestre y lanzan fuegos artificiales.
En Dinamarca rompen la vajilla
que han utilizado para la cena y en la última campanada se suben a una silla y
saltan. El primer visitante del año es quien llega con la suerte.
En Escocia prenden fuego a un
barril, y lo hacen rodar por las calles envuelto en llamas.
En Filipinas la gente se viste de
lunares para atraer el dinero ya que las monedas son redondas, y en Australia atraen la suerte haciendo mucho ruido al recibir el año.
Sydney
En Japón practican una tradición
conocida como “Joya no kane”, que consiste en despedir el año haciendo sonar
108 campanadas en los templos budistas, y es que este número es el que
simboliza los defectos humanos.
En China el Año Nuevo llega en
febrero, dura nueve días y es la fiesta más popular del país. Para la suerte
limpian muy bien las casas y hacen bailes de dragones con fuegos artificiales,
de esta forma alejan a los malos espíritus.
En India dan inicio al nuevo año colocando
infinidad de lamparas en las casas, templos y jardines. Para ellos la luz
representa el triunfo del bien sobre el mal y con ella agradecen todo lo bueno
que hay en sus vidas. Lo conmemoran con una festividad y un tiempo de reflexión
que dura cinco días y tiene lugar entre octubre y noviembre. Es la Festividad
de la Luz, Diwali.
El Rosh Hashaná, es el nombre que
recibe el año nuevo judío. Tiene fecha movible y lo conmemoran entre septiembre
y octubre. El día de año nuevo hacen sonar el “shofar”, que es un cuerno de
carnero, y con su sonido representan el toque de trompeta que se hace cuando un
pueblo corona a su rey, y es que para ellos lo más importante de esta fecha es enfatizar
que dependemos de Dios porque él nos creó y nos sustenta, y nosotros somos los
que hacemos que su presencia se sienta en el mundo.
Para la buena suerte comen un
trozo de manzana con miel, y ello les asegura un año dulce. Los alimentos
significan las bendiciones del año venidero, y se bendicen unos a otros para
que todo sea positivo.
En Tailandia celebran el año
nuevo entre el 13 y el 15 de abril, y acostumbran a lanzarse cubos de agua para
atraer la lluvia para el año siguiente.
En la zona costera de Brasil
algunas personas se visten de blanco y saltan sobre 7 olas, a la media noche, y
al hacerlo piden 7 deseos. Otros bañan sus pies en el mar, y las sacerdotisas
de Copacabana encienden velas y lanzan al mar barquitos con flores, si el mar
los lleva es presagio de buena suerte, tradiciones que llegaron durante la
época de los esclavos.
En Sudáfrica se hacen sonar las
campanas, se lanzan fuegos artificiales, se disfrazan y bailan a ritmo de
carnaval para espantar a los malos espíritus, una costumbre que también se
practica en Guinea y otros lugares de África.
Tras este paseo por lugares
lejanos y de diferentes culturas, donde la constante es la fiesta, la
diversión, la amistad, el deseo de todo lo positivo, las bendiciones, los
fuegos artificiales y la limpieza para librarse de todo lo malo, elegimos
nuestro nuevo ritual o nos quedamos con lo que ya practicábamos. En todo caso,
conocemos un poco más de este pequeño gran mundo que nos rodea y continuamos
con nuestro entusiasmo y ganas hacia el nuevo año, e, independientemente de si
sacamos o no las maletas, lo cierto es que hemos aumentado nuestro equipaje con todo lo bueno y lo no tan bueno que nos ha
sucedido este año, y nos ha dejado nuevas enseñanzas.
Muy feliz año para todos, y que vuestros mejores sueños se conviertan en hermosas realidades.
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