¡¡¡Hola queridos amigos!!!
Hoy conversaremos un poquito
sobre la gente especial y maravillosa que nos rodea. Esa que colorea nuestra
vida y hace que experimentemos sentimientos infinitos, que soñemos y hagamos
todo lo posible por convertir en realidad cada ilusión, cada meta, cada deseo.
Es la gente que nos impulsa, nos motiva, nos llena. Alguna lo hace a tal punto que no podemos ni queremos imaginar cómo sería nuestro vivir sin ella. Es nuestro por qué y por quién, el motivo… La musa que nos inspira a hacer locuras, cambios; a tomar ciertas decisiones y a emprender nuevas creaciones. Es la magia que nos permite sentir y vivir el amor real, el auténtico, el que perdura y echa raíces. El que siembra y espera la cosecha que le hará feliz, sin importar cuál sea.
Así lo sentimos, así lo vivimos.
Así recorremos este camino difícil y asombroso que es el vivir, acompañados
siempre por el aliciente, el amor y la compañía de nuestra gente especial.
Su triunfo es nuestro, su pena es
nuestra, su lucha es nuestra… Suyo es
nuestro triunfo, suya es nuestra pena y suya es nuestra lucha. Por eso es
nuestra gente especial.
Especiales son los amigos que nos
hacen reír, alegrarnos, que nos sorprenden gratamente con sus logros, con su
llamada, con su compañía, con el comentario cariñoso que recibimos, incluso
desde lejos; con las fotos que nos muestran para que compartamos sus momentos
preciados, sus aventuras, su vida…
Y son aún más especiales cuando
les acompañamos en su llanto, cuando están vulnerables, cuando necesitan que
les escuchemos, que les apoyemos, y lo hacemos de corazón, con sentimiento… Aunque
con ello no podamos aliviarles.
Los que hace mucho que conocemos
y por ello los queremos y entendemos, porque hemos caminado juntos por los
mismos senderos, y, a veces, en los mismos zapatos…
Y son especiales aquellos que encontramos
hace poco, pero comparten con nosotros lo que es importante y querido para
ellos. Sentimos que nos valoran y los valoramos, y disfrutamos de sus alegrías,
de sus momentos hermosos, y lamentamos, sinceramente, cuando les toca vivir
alguna tristeza. Están ahí y estamos aquí.
Especial es la familia que no
vemos con frecuencia pero que nos entrega su bienvenida franca, su café
cariñoso o su gran comilona, como se suele hacer en España. La que no tiene
pretensiones pero si bellas atenciones, palabras en las que hay que leer y
abrazos que no está acostumbrada a entregar, pero que hallaremos en el chato de
vino o en el vaso de agua que nos ofrecen encantados por nuestra visita.
Especial es el que nos regala su
sonrisa, su saludo, el que hace un comentario agradable o un gesto amable, aun
si no le conocemos, y el compañero de trabajo que nos hace reír en medio de la
rutina diaria, del estrés o la preocupación.
Hay mucha, mucha gente especial
que nos entrega su magia, con la que descubrimos, aprendemos, crecemos… Gente que con pequeños detalles hace que el
mundo sea un lugar mejor y que nuestra vida tenga color.
Mi poema de hoy es uno de esos
detalles que hacemos para algunas de las personas que forman parte de la gente que es sumamente especial en nuestras vidas. Esa sin la que no podemos ni queremos imaginarnos… A la que intentamos hacer
feliz día a día ofreciéndole pequeñas cosas como: la comida que le gusta, el juguete
que quiere, llevándola a la clase, complementaria, que creemos será provechosa
para su futuro. Componiéndole una canción que no estará en el top ten pero que
se crea con tanto o más sentimiento que la número uno… Bordando su nombre con entrega,
dedicación y amor infinito, en un cojín que verá a diario y hará de su cama ese
lugar especial que le dirá cuánto le queremos, y nos recordará su tierna
infancia a través del tiempo… o escribiendo un poema que le entregamos cuando aún
no sabe leer ni entiende lo que le recitamos, pero que guardamos como si fuera
una reliquia… Y en eso lo convertimos porque lo sacamos a la luz muchos años
más tarde, cuando ya está en capacidad de compararlo con los de Antonio Machado
o Pablo Neruda, y nos sentimos inmensamente complacidos por la tierna sonrisa
que muestra al leerlo…
Hoy tengo la “autorización” para
compartir ese poema con ustedes y me siento feliz de poder hacerlo… Da igual si
son padres o madres y si tienen hijas o hijos, aunque está en femenino porque mi
musa es una princesa preciosa, lo importante es que la intensidad del amor que
sentimos es la misma y que nos hacen inmensamente felices...
Queramos, apreciemos y valoremos sinceramente a toda la gente especial y maravillosa que nos rodea, y si cuentan con pequeñitos a su alrededor disfrútenlos a más no poder, el tiempo vuela. Y... si ya son grandes, recuerden hermosos momentos con: “Te quiero mucho”
Ojalá que les guste y que
disfruten del vídeo. :)
Bello poema y video de nuestra peque, bien grande que ya esta!! orgullosos estamos de ella y siempre cuenta con nosotros!!! Te quiero muchooooooooo Sharon!!!!!
ResponderEliminarSí, poco queda de esa peque, la esencia, el amor, la ternura... los recuerdos... Humm, sí, la queremos mucho, sigue siendo fantástica ;)
EliminarY también quiero mucho a otra peque que ya no es tan peque ;)
Besitos :)!!!
Te quedo muy lindo el video, cargado de ternura y amor. Bueno la modelo ayudo mucho. El poema inmensamente bello.
ResponderEliminarBesitos
Gracias!!!, sin la modelo, que además ha sido la musa, nada sería igual ;)... y tu cariño es el complemento para que todo te parezca tan lindo...
ResponderEliminarBesitos :)