miércoles, 29 de abril de 2015

Música Clásica... La dicha al alcance

¡Hola queridos amigos!

Hoy estoy aquí para hablar un poquito de uno de esos momentos en los que podemos alcanzar la dicha, y que muchas veces nos perdemos…

Ante todo quiero agradecer a mis vecinos, porque gracias a ellos pude disfrutar, una vez más, de una noche inolvidable entre el infinito de la música clásica.

Son profesores de música y de vez en cuando dan conciertos. He asistido a algunos y siempre vivo la increíble experiencia de ser transportada al cielo. De estar en medio de la nada, con la única compañía de ángeles que tocan sus instrumentos.

Es una sensación única que se produce al combinarse magia y excelencia, y se percibe a través de melodías que conjugan talento, creatividad, dedicación… y que nos llegan gracias a ese don maravilloso que permite a los músicos deleitarnos con el fruto de su trabajo, y elevarnos hasta que el mundo deja de girar, de existir.

Esta vez no tocaban ellos si no la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, siguiendo la batuta de su directora, Virginia Martínez, y acompañados por un invitado especial: el contrabajista Slawomir Grenda.

Slawomir Grenda nació en Polonia y es solista de la Orquesta Filarmónica de Múnich, lo fue además de la Ópera de Berlín, ganó distintos concursos internacionales en Ginebra, Polonia, Baltimore, República Checa… Transcribe composiciones para violín y violonchelo, que luego presenta en conciertos por Europa y USA, y, entre otras actividades relacionadas con el medio, da clases magistrales y esporádicas en diferentes países…

Tras subirse al podio le vimos acariciar su contrabajo de manera excepcional, maravillosa. Es cierto que mis conocimientos de música no son muy amplios, y no puedo hablar de tecnicismos ni con el vocabulario que amerita el artículo, pero intentaré transmitiros un poco de lo que sentí, y que además tuvimos la suerte de ver a un excelente músico acompañado por una gran orquesta.

Demostró ser un excelente profesional, entregado, que vive lo que interpreta. Subió y bajó el arco, cambió de acordes, de expresión… y de pronto se desvaneció. No había nada ni nadie alrededor, solo notas que nos transportaban y nos ponían alegres, melancólicos, tristes… Vivíamos sentimientos que brotaban magistralmente de un instrumento que siempre me ha parecido nostálgico, desgarrador y fuerte, como los grandes clásicos, y que fue capaz de tocar las fibras más profundas. 

Aquí os dejo este vídeo, que no pertenece al concierto del que hablo porque no he encontrado ninguno todavía, pero en el que podemos deleitarnos con la participación de Slawomir Grenda.



Por su parte, Virginia Martínez, nacida en Murcia, España, cuenta con un amplio currículo, del que mencionaré que se graduó con Matrícula de Honor y Mención Especial como directora de orquesta en Viena, que se presentó oficialmente y por primera vez con la Orquesta Sinfónica de Murcia en el 2003; ha hecho giras por diferentes países al frente de distintas orquestas, de varias óperas, y en la actualidad dirige a la Orquesta de Jóvenes y a la Sinfónica de la Región de Murcia.

Es cierto que no encontramos muchas mujeres dirigiendo orquestas, y por eso quiero contaros que el trabajo de Virginia Martínez demostró su indiscutible profesionalidad, e hizo que disfrutáramos de un concierto precioso, en el que se notó el dominio y la capacidad de seducción, que le acompañaron desde el momento en que entró en el escenario, incluso antes de subirse al atril. No nos quedó la menor duda de que conocía el repertorio a la perfección, de sus dotes de liderazgo, y de que se ha ganado a la Orquesta y al público.

Y qué deciros de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia… Una orquesta joven, fundada en el 2002, compuesta por 49 profesores que se esfuerzan por transmitirnos eso que tan bien saben hacer, y que logran a tal punto que nos emocionan hasta erizarnos la piel, sacarnos las lágrimas en un instante y hacernos felices al siguiente…

Un trabajo excelso que coordina perfectamente sonidos, notas, silencios… y es capaz de maravillarnos con belleza, de demostrarnos que la música es el lenguaje que todos entendemos, porque a través de ella sentimos la tristeza, la dicha, la felicidad e incluso esa preocupación y esa angustia que tan reales nos parecen.  

El resultado ha sido una presentación en la que el conocimiento, la práctica, el esfuerzo y la química entre músicos, invitado y directora permitieron que las notas alcanzaran la perfección, que nos eleváramos y disfrutáramos de la magia una y otra vez, a través de obras maravillosas como “La italiana en Argel” de G. Rossini, “Concierto para contrabajo y orquesta” de G. Bottesini, en el que estuvieron incluidos: Allegro moderato, Andante y Alegro. “Fantasía Carmen” para contrabajo y orquesta de F. Proto, que incluyó: Preludio, Aragonesa, Aria de Micaela, Canción del toreador y Danza bohemia. Preludio de “La verbena de la paloma” de T. Bretón. Intermedio de “La boda de Luis Alonso” de G. Giménez, y el preludio de “La Revoltosa” de R. Chapi.


Muchas gracias por haberme acompañado hasta aquí, y si tenéis la oportunidad, os invito a que escuchéis aunque sea un poquito de música clásica porque es preciosa, es interesante y nos da grandes emociones y momentos memorables…

Ahora os dejo dos interpretaciones a elegir, la primera es la Sinfonía No. 7 de Beethoven interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, dirigida por Virginia Martínez.


Y la segunda es el tema principal de la película Out of Africa, Memorias de África, compuesto por John Barry, e interpretado por la OSRM bajo la dirección de V.M.






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